16 octubre 2014

Tiempo


Pasado, presente, futuro…
tres ítems en el Tiempo;
lo mundano –muy latente–
deviene en lo silvestre,
pues de nada sirve ya algún lamento
tras haber sepultado lo inerte.

Un vaivén de desdenes,
¡qué tormento!
Inerte el tiempo presente
que, indolente,
es salvo del llamamiento
del lado colmado de exangües portentos.

Mas, tiene tiempo el devenir pendiente
de deseos ocultos ardiente,
para historias desvelarnos,
historias que van, otras que vienen
y por nada se detienen.

¡Quién pudiera contarme un cuento,
aquel en que no exista el Tiempo!
Así, infantes seríamos siempre;
y, más aún,
con espíritu inocente…

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