Destino
real en perpetuo conflicto
y enmascara lo onírico toda realidad.
Lucha
feroz el compromiso
que
apalabran, forzosos, ambos:
Falsedad
y Realidad.
Realidad
que “pertenece” al rico,
toda
ella, sólo ella hiperreal.
Realidad
que “predica” el paisano,
una
mímesis toda de todo lo banal.
Realidad
que so “pesa” el condenado,
una
antimímesis de todo lo carnal.
Todo,
junto todo,
lo
que pertenece, se predica y pesa,
todo,
todo junto,
sentenciado
a comportar y compartir
ese
Todo al que llama el Rico, Paisano y Condenado:
Realidad….
Pero,
¿es todo real lo que llaman como tal?
No
es sino toda una invención criminal,
perpetrada
cual delirio mundial,
delirio
que pertenece, predica y pesa toda
sobre
la humanidad.
Y
¿qué podemos, al fin, ponderar?
Una
sencilla equivalencia es la respuesta:
Que
toda Falsedad es Verdad.
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