¡Por la esfera de verdad facunda!
¡Basta de ralea novelesca!
Con voz trémula y tal vez burlesca
mostrose infeliz y pudibunda
al saberse ignorante en picaresca,
lo cual la hace no menos profunda.
Reservada a la clase grotesca,
¡se extienda ahora a la más fecunda!
-¡Qué insensatez!-, musita una fresca.
Quedaos, pues, caciques de segunda,
en negra y pestilente ventresca
para no ser esta vuestra pesca...
¡Y la cultura en los pueblos cunda!
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