Yendo entre hormigones laberínticos
colmados todos estos de cánticos
solemnes unos, alegres otros no más
que un rimbombante entremés patético
simulando cual melindroso y escéptico
ilusiones de plástico hechas,
no vaya a ser que nos den sorpresas
mal dadas, además de indefensas.
Eso decía una voz por ofensas
causadas al lidiar una afrenta
con un amargo sabor a menta.
Veterana ella en luchas violentas
que, por amor, cayeron a saetas.
Ardiente, también doliente flecha
clavada va en semejante brecha,
hendida ésta en su sombra siniestra,
pues sólo en un momento se muestra.
Ande, madre, y fríame a pellizcos
así me despierte ya de un brinco
y empiece de nuevo -lo suplico-
otra vida llena de añicos…
colmados todos estos de cánticos
solemnes unos, alegres otros no más
que un rimbombante entremés patético
simulando cual melindroso y escéptico
ilusiones de plástico hechas,
no vaya a ser que nos den sorpresas
mal dadas, además de indefensas.
Eso decía una voz por ofensas
causadas al lidiar una afrenta
con un amargo sabor a menta.
Veterana ella en luchas violentas
que, por amor, cayeron a saetas.
Ardiente, también doliente flecha
clavada va en semejante brecha,
hendida ésta en su sombra siniestra,
pues sólo en un momento se muestra.
Ande, madre, y fríame a pellizcos
así me despierte ya de un brinco
y empiece de nuevo -lo suplico-
otra vida llena de añicos…
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