Alienados somos de nuestro pasado
y de los sinos, arrastrados.
Deambulando por terrenos agrietados,
peligran recuerdos salvados
de las grises neblinas de nervios apocados.
¿Quién me ayudara a pescar, a pescar
esos fragmentos de vidas pasadas
que, fugazmente, a la deriva van
sin retorno aparente?
Echa las redes a la mar, que a lo mejor,
hermano mío, hoy te sonríe la suerte.
Echa las redes a la mar, que a lo mejor,
retorna ese
tu retal somnoliento,
del más allá, pidiendo recobrar aliento.
¿Quién me ayudara a pescar, a pescar
ese fragmento de vida pasada
que, fugazmente, a la deriva fue
sin retorno aparente?
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