12 noviembre 2014

Ráfagas de Poesía


Loable silencio reinaba en la alcoba
a la media noche en profusa sombra.

De faldones un murmullo
es el Río y su farfullo
al son de otoñales vientecillos.

De poesía iban ráfagas en farolillos
con sabor y aroma a panecillos,
cual dos amantes quebraban su mora
y no cesaron hasta su última hora…

¡Cuánta dicha respiraba la alcoba
con primor y sin más demora
tras haber despuntado la aurora!
Estos son los juegos de dos barquillos,
que, en el Río, hicieron su barullo
y entre ondas remaron con orgullo.

‘Para siempre este amor en apabullo’
-plasmaron éstos formando un capullo-
volviendo ambos al rumor que asoma
en las místicas riveras de Zamora…



06 noviembre 2014

Poeta escondido


           Para un poeta escondido
en honda fosa de sí mismo,
                                                y equivocado quizá de camino,


 ¿ha hallado tal vez su nido?


Luz cenital, cegadora y celadora de Cupido,
de tan radiante y sublime poderío
abre ahora tus verjas para unirte al destino,
de costumbre, sinuoso, suntuoso y frío.

Añora el poeta un romance novembrino,
uno que tuvo y dejó ir porque quiso.
Alergia tuvo a atarse en compromiso,
lo impedía, pues, su condición de mestizo.


Buscado ha sin ser correspondido


                                              mas estrella tuvo y con mucho tino:
 agradecido y a su honor sumiso
      una fémina vino, fue su luz y halló su nido.

04 noviembre 2014

Preciada y Preciosa Perla






 A MI PADRE

¡Oh, preciada y preciosa perla!
Que cuando me miras, mi alma incendias.
Dulce dolor a mí me marchita
al saberme huérfana de tu sonrisa.

Con tus amables marfiles me elogias,
encumbras y, aún más, bonificas.

Eres preciosa, pues por ti misma alumbras;
preciada, pues mi mundo llora tu ausencia.

¿Luz o Sombra? Sólo tú lo descifras.

A Diamante en bruto ibas,
hasta el punto en que solo lucías
y cual divino orfebre te esculpías.

¿Necedad o Inteligencia? Sólo tú lo decidías.

Recto obrabas hasta el fin de tus días.
Digo ahora: ojalá en mi “cofre” persistas,
para no perderte nunca de vista.
Preciosa y preciada perla, que mi alma incendias.


01 noviembre 2014

El Reloj del Amor




Tal y como el reloj las horas daba,
mi mente al tiempo también divagaba
allende un mar de prolijas palabras,
que expresión no tenían ni encontraban.

Me cuestioné entonces cómo nombraba
aquello con lo que tanto soñaba
noche tras noche y, al cabo, deliraba
por el vino embriagador del nirvana…

Rozando los pétalos que afloraban
en la tierra que tenía por cara,
de besos llenarlos querría, le amaba;

mas a causa de mi nula franqueza,
sentir, bien me sentía condenada
a arrastrar lo que yo misma negaba…