01 noviembre 2014

El Reloj del Amor




Tal y como el reloj las horas daba,
mi mente al tiempo también divagaba
allende un mar de prolijas palabras,
que expresión no tenían ni encontraban.

Me cuestioné entonces cómo nombraba
aquello con lo que tanto soñaba
noche tras noche y, al cabo, deliraba
por el vino embriagador del nirvana…

Rozando los pétalos que afloraban
en la tierra que tenía por cara,
de besos llenarlos querría, le amaba;

mas a causa de mi nula franqueza,
sentir, bien me sentía condenada
a arrastrar lo que yo misma negaba…



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