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05 noviembre 2022

Magia

 

03 noviembre 2022

Por y para ti, papá...

31 octubre 2022

Amor inmortal

Trópico de Letras con... María Piña

 

12 octubre 2022

Maquiavelo del amor







Enciéndeme tu candela

  Alimentada con ramas

  Que parecen madera,

Pero son de dulce canela.



Envuélveme en tu fuego 

Calor que es fiel y eterno,

Deseado en el frío invierno

Cual arena ama al desierto.



Baila y arde en mis caderas

Tu seducción con esmero,

   Puro arte sin consecuencias,

Salvo nuestro amor sincero.



En tu lecho me encierras;

Tu fin justifica los medios.

Cuando esta noche amanezca,

Ya habrás parado el Tiempo. 


11 octubre 2022

Inanición






No eres vampiro 
Pero hasta el tuétano hundes tus colmillos. 
Es cómplice de suspiros la Nueva 
Que, ávidos de delirio, la llenan. 
Dame tu vino, antes que mi cuerpo muera, 
De inanición, en el exilio. 
Y no dejes que solo sea 
Un susurro en mi oído...



Fdo.: Arianna J. R.


20 septiembre 2022

De ti... Al Universo







Sin recuerdos de esa noche salvaje,

Muero.

Sueño

Con que repte esa tu díscola lengua

Por mi trémula piel;

La carne es clara,

Sin paños calientes:

Sin tregua,

Sea la caza.

Ven con tu arma,

déjame ver tu alma.

Para ti y por ti, mi puerta abierta siempre.

Muéstrame tu espada,

Que aflora en ella un sentimento

Para nada perverso:

Con la luna llena, llevarme de viaje

A la conquista del universo,

Aunque esté este contenido

En un lejano planeta llamado deseo...

Quiero.

Y quiero

Que con tu mirada me abraces.

Y siento

que ves con tu tacto la savia de mi fuente.

Y vuelo

Sobre las nubes arcoiris de tu pecho.

Y huelo

El manantial eléctrico derrochado por tus dedos.

¿Veinte?

Cada vez que me enseñas qué es el amor,

Verlos multiplicados puedo...

Y se sienten.



Fdo.: Arianna J. R. 


16 septiembre 2022

Tu amanecer

 



Me sacaste del ocaso. 
La Nada, mi compañera. 
Solo ella con su abrazo 
Y sus buenas maneras 
Teñia de alegría mi pazo. 
Soledad, de un vistazo, 
Me cautivaste entera 
Cogiendo fuerte mi mano. 
Ahí un día, sin querer, 
Se me clavó una flecha 
Con un mensaje claro: 
Yo soy tu amanecer. 


Fdo.: Noah D. B.

10 septiembre 2022

Destino, es el destino...





#Reto4palabras No. 93:

La perseguías... 
Incansable, tenaz como ducho cazador, quizá o, mejor, fiero depredador del amor, cumpliste con tu destino: cual inerme presa, a mi pureza sumiste en la grieta sin retorno de la pasión.


Fdo.: Arianna J. R. 

04 septiembre 2022

El recuerdo






#Reto4palabras (No. 92):

El recuerdo de aquel beso que nos dimos a, la luz del crepúsculo me envuelve en una vorágine de nostalgia, pues fue ahí donde aprendí a valorar la suerte que tuve cuando tu corazón me dio su palabra...

Fdo.: Arianna J. R. 

12 julio 2022

Avance de EL MAESTRO DE LAS MIL CARAS: NO HA SIDO LEONARD

29 de mayo de 1864. Cuidándose de no ser descubiertos, como si de dos ex convictos se tratara, huyeron bajo el cobijo de la densa oscuridad nocturna, en dirección al granero de una de tantas fincas abandonadas. Una vez en el interior, se despojaron de las prendas más pesadas arrojándolas sobre los montículos de paja situados en el lateral derecho. Por fin, los dos a solas con solo la compañía de la tenue luz dorada ofrecida por una diminuta lámpara de querosén, que algún jornalero, o incluso algún facine-
roso de la propia guerra, habría olvidado apagar. Acto seguido y no pudiendo contenerse por más tiempo, se fundieron en un abrazo tan intenso que únicamente con ello bastaba para iluminarlo todo, avergonzando hasta a la pobre luminaria. «¡Oh, Dios! ¡Qué belleza tengo ante mis ojos, que ni mi imaginación alcanza! Solo por eso,
¿qué puedo hacer sino amarla locamente?» Los dos cuerpos, al natural, desprovistos de toda máscara, ninguna atadura, cual Adán
y Eva, fusionados en uno, en una torre tan robusta que se atrevía a desafiar los envites de una sociedad tan conservadora que, bajo
ningún concepto, toleraría la conjunción del blanco y el negro...


Así pues, resultaron dos organismos en continua fricción ascendente: cada gesto..., cada beso..., cada caricia..., ¡cada empuje...!
Todo ello iba descubriendo, poco a poco, el oasis de su piel, trayendo consigo un estremecimiento tan sublime que parecía pretender emular a un cerezo floreciente mecido por el siroco; quedaron de costado, observándose detenidamente, la una frente al otro.


¿Te gustaría saber cómo sigue? Aquí tienes la respuesta... O si lo prefieres, con este pasaje en clase business. 

Desfruta del viaje.

29 junio 2022

¿Para qué había nacido?






Desconocía para qué había nacido.

Algo sospechaba que tenía merecido.

Con lágrimas deshechas me miraba a tu espejo.

Deseando en mi regazo tenerte preso del deseo,

Y nos ponga alas según desvirgamos el cielo...

¡Pues quién nos dijo que esta noche haría frío!


12 junio 2022

La Red del Amor





Mi zozobra, mi mayor temor. Cual navío sin patrón, a merced estuve de las velas del amor, ese amor por ti hasta la fecha reprimido y por el cual de agonía sufrí al perder en el arduo camino mis reservas de valor. ¡Ay, amor, que en tu red me envuelvo de perdición!

22 mayo 2022

Dulce abrazo





De ciudadano del mundo devine a paria cuando lo único que pedí tú lo sabías. Y sabes que el dulce abrazo de tus manos nunca dejó de ser mi refugio en tus noches veladas, baladas que abrían de par en par un húmedo y bello camino oculto en tu asalvajada selva...

23 abril 2022

Corazón cautivado




Lo que siento por ti desde que de nuevo nací al tenerte por vez primera frente a mí y luego a mi lado, me obliga a ser tupida e inerme niebla para enrocarme en tu boca de almidonados labios, sin hacerte daño, pues prisión ya es de este corazón por ti cautivado.

22 marzo 2022

Otoño






Con nudillos ocres atiza el otoño mi puerta. Comienza la cosecha. En un millar de racimos, tus recuerdos alfombran mi alberca, que con dulzura me riegan y abrazan mi alma cuando la tuya se acerca.

18 marzo 2022

Ciento ochenta grados






Por un momento pensé que había acabado con su vida.
.................
Esa noche, estaba hecha un basilisco. No podía creer que mi novio de toda la vida ¡estuviera con otra al mismo tiempo que salía conmigo! ¡¿Por cinco años?! ¿En serio? Ahora entiendo que saltara el contestador cada vez que llamaba al fijo; al móvil, otro tanto... ¡Estaba con esa zo...! Y no quiero seguir porque...

Indiferente al bochorno que despertaba en los ojipláticos viandantes, abrí bruscamente la puerta de mi coche y me puse a conducir como si estuviera en la fórmula uno. Al rato, oí una sirena proveniente ¿del maletero? Qué va, no iba colocada ni mucho menos, bueno sí, pero de rabia y odio profundos hacia el que desde ese momento ya era mi ex.

Una patrulla de policía:

—¡Documentación! –me espetó el agente.

Muy mono, por cierto pero no tenía la noche para juergas. Accedí a regañadientes.

—Señorita, tendrá usted que acompañarme.
—¿De qué se me acusa? Que sepa que aún no he matado a nadie...

«Bueno, al cab... de mi ex podría, pero ¿merecería la pena?»

—No se lo quiero repetir de nuevo. Haga el favor de acompañarme a comisaría. Lleva su permiso caducado desde hace dos meses. Podemos solucionar esto de forma pacífica.

—Ok, ok, sin problema...

No acabó de filiarme.
Ni corta ni perezosa, me monté a la desesperada en mi auto; al acelerador no le di tregua. Me salté dos semáforos, casi me llevaba unos cuantos empellones. La poli a la zaga. A la tercera fue la vencida: un utilitario me destrozó uno de los faros delanteros. De rebote, derrapé y, de pronto, un golpe seco.

—Madre mía, ¿está usted bien?

Mi vida daba un vuelco de ciento ochenta grados por un flechazo...

20 febrero 2022

¿De verdad que hice eso?





—¿Me podrías explicar de qué va todo esto? Porque no sé de qué me hablas, Tina.

—¿Te estás quedando conmigo? ¿No te acuerdas de esa noche y del espectáculo que montaste, Nadia?

—¿Yo? ¿Espectáculo? Creo que te confundes de persona. ¿Tan barriobajera te parezco? Pues siento desilusionarte, pero desde luego que no pertenezco a ese club tan selecto.

—¿Es cosa mía o de un tiempo a esta parte te has vuelto una cínica de libro? ¡Vamos, Nadia! Todo el mundo sigue recordando el bochorno que nos hiciste pasar. Fue lamentable por tu parte; totalmente en contra de la imagen tan formal y correcta que transmites en la oficina…

—Para el carro, Tina. ¡¿Ahora te las das de moralista…?!

—Pues deja que te refresque un poco la memoria, que evidentemente padece amnesia selectiva. Sí, Nadia, y no me pongas cara de estar escuchando una conferencia en chino mandarín.

—Tampoco me tomes por imbécil. No seas oportunista…

—¿Recuerdas la pasada cena de empresa? Estábamos todos salvo tú; nuestro jefe, de los nervios. Llegaste la última. Te presentaste en el restaurante como si fueras una estrella del Rock, engalanada con un más que sugerente abrigo de visión y con gafas de sol aun siendo de noche. Pero no fue tanto el abrigo el centro de atención, sino lo que había debajo: te lo desabrochaste y comprobamos con pudor cómo de bien contrastaban tus tacones de aguja negros con tu desnudez. Si era esa tu forma de declararte, lo llevas claro.

—¿Cómo? ¿En la cena? ¿De verdad que hice eso?




Terminado el descanso…

—Nadia, te estaba buscando. ¿Podrías venir a mi despacho?

Ya dentro:

—Usted dirá.

—¿Qué tal si quedamos esta noche? Y, por favor, ponte un calzado menos sofisticado, no vayas a abrirte la crisma otra vez.

25 septiembre 2021

Luz nocturna


#LiberaTuVerso 

Eres luna en un mar de Estrellas, Soy verso desnudo a la espera de Ella. Tu innata intuición me llena De rima interna, que sucumbe Entera. Astro de luz nocturna, de arte menor o mayor, aspiro a Llenarme de estrofas esquivas. ¡Dame un cuerpo al que llame poesía!

30 junio 2021

#EstrellasDeTinta - Reto junio 2021



Este relato y microrrelato se engloban en el reto de escritura creativa #EstrellasDeTinta creado por Katty COOL. Las normas son estas para poder participar y así entender la dinámica.

AVISO: Hay contenido sensible (TW) solo en el relato



Indicios

 

 

 

Relato:



Teníamos todas las esperanzas de encontrarlas junto a la embarcación. Sin embargo, hemos podido rescatar sus efectos personales: una mochila negra que presumiblemente pertenezca a una de las desaparecidas y un cuaderno en blanco salvo por la primera página. Usted fue la última persona que las vio con vida, lo que no implica que tengamos que lamentar pérdidas humanas puesto que no se han hallado indicios de violencia o restos de sangre… Dígame entonces ¿cómo diría que era la relación entre las susodichas?

—Mire señor agente… no sé qué es lo que está insinuando pero ya le digo de primera mano que son un encanto de criaturas. Es más, si así lo desea, le puedo dar el nombre del restaurante en el que me invitaron a comer…

—Entiendo, doña… ¿Sofía me dijo que se llamaba?

—Ese es mi nombre. Le doy mi DNI y lo comprueba.

—Me fío de su palabra, no es necesario. Pero retomando la investigación…

—Se estaban conociendo. De hecho, una era natural de Málaga, Ángeles se llama pero el apellido es italiano… ¿cómo era? ¡Ah, sí, Pausini, como la cantante! Le venía de su abuelo que se afincó en tierra andaluza. Nos lo contó mientras comíamos en el Café Tucán, que fuimos en un coche alquilado por ambas.

—Sí… a unos diecisiete kilómetros de aquí. Lo conozco. Alguna que otra vez he llevado a mi mujer a cenar allí. Hablaremos con el dueño del local para continuar con nuestras pesquisas y contrastar versiones. Y cuénteme, me dijo que se hospedaban en aquella casa rural que está al final del camino. ¿Conoce por algún casual por cuánto tiempo?

—Durante la comida, María dijo que había contratado un tour de una semana para visitar Rumoroso y así Ángeles podría tener la oportunidad de conocer la localidad mientras pasaban ese tiempo juntas. Y hablaron de que terminarían la experiencia con una ruta en barca por el Pozo… Cuando salimos del Café, nos dimos los teléfonos. Y yo llamé y llamé pero o estaba apagado uno o saltaba el contestador en el otro. No sabía qué hacer.

—Ya. Por tanto diría que su relación era más que cordial… ¿La tal María era de por aquí?

—Por supuesto, señor agente. Ya le digo que María la quiso sorprender y lo consiguió. Las veía muy ilusionadas. Hacen muy buena pareja a juzgar por cómo se miraban.

—Entiendo. Tomo nota de los mismos y procederemos a rastrearlos. ¿Y todo eso cuándo ocurrió exactamente?

 

Aquel viernes 6 de enero fue la última vez que doña Sofía tuvo contacto con las desaparecidas, tal y como le aseguró a Joaquín Cobo, inspector a cargo de la investigación. Junto con la brigada asignada, decidió desandar el camino recorrido por la pareja y ello incluía entrevistarse con el dueño de la casa rural a fin de arrojar más luz sobre el asunto.

El domingo 8 de enero no pareció dar tregua. Los avances meteorológicos no eran muy halagüeños; continuaban las perturbaciones cual si fueran teloneras contratadas específicamente para que precedieran a la estrella del espectáculo: la tormenta. La función prometía, pues hizo acto de presencia entre tamborrada plomiza y destellos de fuegos artificiales esporádicos y por distintas localizaciones en el cielo. Tal era la actitud inclemente del tiempo que toda suerte de animales autóctonos corrían raudos en busca de refugio que les diera cobijo. Y quien dice animales, dice también personas, en especial:

—¡Corre, Ángeles! ¡No te sueltes de mi mano! Que ya casi estamos.

—¡No lo haré, María! ¡Menos mal que al final no nos subimos a esa barca por recomendación del monitor! ¡Ahora la tormenta arrecia y si no llegamos lo antes posible a la guarida que tú dices, terminaremos hechas una sopa!

Y en efecto, llovía a mares y encima soplaba una ventisca enfurecida enviada desde el noroeste. Sorteando hierbas y matojos, oyeron de nuevo otro rugido del tiempo, el cual se dilataba, haciéndose todavía más denso y desquiciante, hasta tal punto que ninguna de las integrantes de la incipiente pareja estaba siendo consciente de si tocaban el suelo o directamente levitaban o, incluso, si volaban como ángeles. ¿Cómo ángeles? ¿Es que acaso lo eran y experimentaban una ilusión de vida como extensión de la terrenal? Ni mucho menos. Tan solo se sentían sobrecogidas por la situación, pero… ¡ahí estaba!

El gran sentido de orientación de María, quien era buena conocedora del bosque que las intentaba envolver, las guio  hacia la entrada de lo que parecía constituir una gruta excavada en la mismísima falda de una pequeña peña, por la mano inigualable y prodigiosa de la madre naturaleza. Cansadas por el sobresfuerzo realizado, se aventuraron a pernoctar en su interior a priori abrupto pero acogedor dadas las circunstancias:

—¡Ufff, menos mal que conseguimos evitar que ese pobre arce se nos viniera encima!

—Sí, Ángeles. Por los pelos. ¿Es cosa mía o nos hemos salvado por tu nombre? 

Ambas se echaron a reír, lo que propiciaba que se instaurara la relajación en sus cuerpos estresados.

María retomó la conversación:

—Es cierto. El pobre arce no pudo resistir el sablazo propinado por aquel rayo traidor; como si se la tuviese jurada. En fin. Pero no hay mal que por bien no venga: recogí los suficientes trozos de su madera y ahora tenemos material para hacer una hoguera con que entrar en calor.

—¿Viniste con un manual de supervivencia en lugar de pan bajo el brazo? Y si tan lista eres ¿me podrías decir cómo harás fuego si ninguna de las dos lleva encima un mechero? Imposible por mi parte, yo no fumo. Tú no lo sé…

—Cariño, eso no va tampoco conmigo. Aprecio demasiado mi vida y la de la naturaleza que me vio nacer, así que tranquila que por mi parte no cae esa breva.

—Y me alegro de que no fumes pero sigues sin responder a mi pregunta…

—¡Ay, mujer de poca fe! Cosa que me extraña viniendo de donde vienes, del sur. Suerte que no me dejé la mochila en aquella barca; lástima que tú sí y esa libreta de mariposas que pensaba regalarte…

—¡Oh, qué detalle por tu parte! ¡Muchas gracias, Mari! Porque puedo llamarte así, ¿verdad?

—Llámame así si gustas y ser, seré lo que tú quieras que sea…

Sus ojos emitieron un brillo como nunca antes, más intenso si cabe que los del propio rayo que atravesó aquel árbol; se miraron de un modo especial. Un rubor revoltoso anegó el rostro de la Pausini.

—¿Entonces?

—¿Entonces qué? –contestó María, juguetona.

—¿El fuego?

Hábil, la susodicha extrajo de su mochila los restos del malherido arce y los apiló casi en el centro de la oquedad, donde consideró que no había tanta concentración de humedad, montón que rodeó con unas cuantas piedras. Valiéndose de yesca y pedernal, logró arrancar unas cuantas chispas, las suficientes como para crear una pequeña hoguera.

¿Las suficientes?

—Contigo al lado me siento más protegida. Yo la verdad que no sabría desempeñarme tan diestramente como tú en entornos como este. Vivir en la capital de provincia es lo que tiene. ¿Tanto se me nota que soy esencialmente urbanita?

María se tronchó de la risa.

—Se te note o no… a mí me fascinas igual. Lo hiciste desde el momento en que vi tu foto de perfil. Me dije: a este bellezón no lo puedo dejar escapar y, aquí estamos. Ahora bien, no pienses mal, que esta tormenta para nada estaba entre mis planes como tampoco tengo mucha pinta de ser ‘Tormenta’ de los X-Men. Y… ¡oye, debes de estar empapada! ¿Te presto algo de ropa que llevo en mi mochila, ponemos la tuya a secar y te arrimas al fuego?  No quisiera que pillaras un constipado…

—Sabes qué. Tengo una idea mejor y creo que esta hoguera, que ya arde de por sí, hasta se nos quedará pequeña…

 

Al día siguiente, el inspector Cobo ya estaba cotejando las triangulaciones efectuadas por su equipo especializado. Uno de los móviles señalaba una ubicación clara. Doña Sofía, pendiente en todo momento de cualquier avance en la investigación, pidió ir con ellos en el Jeep.

—Está bien, doña Sofía. Pero con la condición de que nos deje hacer nuestro trabajo.

—Por supuesto, inspector. Me mantendré al margen. Solo quiero comprobar que están bien.

Al cabo de veinte minutos de trayecto, el arce quebrado.

—¡Oh, Dios! Que no les haya pasado nada…

—Señora…

Joaquín Cobo trataba de manejar la situación.

Al rato, la entrada a la cueva.

El haz de luz de su linterna enfocó una hoguera en sus últimas brasas y,  extasiados, tal vez embriagados por el elixir del amor, dos cuerpos dormidos, pero también desnudos y arropados por una fina manta…

Eran las ocho y media de la tarde, fría pero ya seca.



@0606Anas, mayo

Título: Indicios 

Estrellas mes: 3

Palabras: 1451

Objetivo Relato: #3

Objeto oculto 1: #18

Objeto oculto 2: #7

Extras: 
Protagonista femenina, Test de Bechdel

Comentarios: 
@kalen76, micro de mayo; @MUSAJUE, micro de mayo; @isefran relato y micro de mayo; @EricaFortuny, relato y micro de mayo; @sinciforma relato y micro de mayo; @jesusakacarton, relato y micro, mayo  


AVISO: Contenido sensible (TW): violencia, restos de sangre, desnudos







Mariposas en mi vientre





Microrrelato: 



«¿Las ves? La Gran Diosa Gamba Sagrada Cósmica que nos salvó, alza el vuelo como las mariposas en mi vientre y nos regala las Osas, juntas, como tú y yo. ¿Adivinas cuál soy?»




@0606Anas, junio

Título: Mariposas en mi vientre

Palabras: 33

Objetivo Micro: #10

Objeto oculto: #17

Estrellas: 3

Recomendación
Amores del pasado, @sinciforma, mayo

Enlace

Comentarios: Ídem relato

AVISO: No hay Contenido sensible (TW)