06 mayo 2017

De mi pincel





«De mi pincel, ya no color,
mas palabra emana a granel,
que de tal modo se tiñe
cual pomposo y suave vergel
y, en tu rostro de camafeo,
la sonrisa ver florecer.

¡Cuán me place así halagarte
para mi alma no dejar caer
en horrísono menester,
que no es más que la nostalgia
de contigo no amanecer!»

Sé que discordante suena
a mi juicio, también cruel
pues eso él me decía
para, al final, dejar de ser.

Sin embargo, en la paleta
que por corazón ya tengo,
la color fue sin esfuerzo,
quedando apenas hendida:
mitad blanco y lo otro negro,
enemistados tal punto
que ni entonan el acero.

Más a tono con el «por qué»,
comparsa hacen con rigidez,
pues, entrambos, al Verbo
le dio al final por fenecer.
Descanse in pacem «el verbo»,
pincel y paleta con placebo,
pues lo muerto así se queda
y, enterrado está de una vez.





21 abril 2017

Plenitud






Las Aves  que gozan de y viven en libertad
sí que saben apreciar la Vida en su totalidad,
dilatando o acortando el vuelo del tiempo
que sobre las nubes hacen rodar.
Mas el Hombre, ¡ay, el Hombre!,
que -ignorante- "todo lo sabe" e intenta  controlar...
A Ésta tiene, pierde y desperdicia 
en los problemas que se propicia
y, en los más casos, sin tener vuelta atrás.



09 diciembre 2016

A un tiempo no tan lejano




¡Oh! Dulces pueblos blancos,
donde al alba, la aurora canta,
esperando mejores días
en que una mano nevada
de sus copos haga
otras tantas lágrimas frías.

Y tan frías…

Lo eran tanto, que hasta
el más recóndito de los valles
despabila de hibernados trances,
que cual fina e indefensa escarcha,
derritiéndose andan
por futuros tiempos de bonanza.

¡Oh! Dulces pueblos blancos,
donde al alba, la aurora canta,
esperando mejores días
en que una mano nevada
de sus copos haga
otras tantas lágrimas frías.

Y tan frías…

Tanto, que las pequeñas mariquitas

del caparazón sus negras pepitas
-para ellas, de oro-
escondiditas las hallan,
no sea que otro venga,
el escondite tenga
y malvenda el sufrido tesoro,
quedando las del mal fario,
de esa aurora, hechas su rosario.

¡Oh! Dulces pueblos blancos,
donde al alba, la aurora canta,
esperando mejores días
en que una mano nevada
de sus copos haga
otras tantas lágrimas frías.

Y tan frías…

Ni defender pudieron la heredad
de sus ancestros patriarcas,
los que con mucho amor,
ahínco y esperanza
acuñaron en pos de la medra
de su nueva y prometedora saga…

¡Oh! Dulces pueblos blancos,
donde al alba, la aurora canta,
esperando mejores días
en que una mano nevada
de sus copos haga
otras tantas lágrimas frías.
Y tan frías…


  


15 julio 2016

Romance Imposible





 

Bajo ese manto estrellado de Julio, los verdes árboles –ya oscuros– 
a la clara timidez de la Luna culto rinden, ríen y aplauden. 
Sólo es la música que tañe el viento Abrego la que, con sus bemoles, 
a la gran Diosa de la noche honra cuando el Astro Rey duerme 
y al tiempo sueña con sus mil amores. 


Justa (en) mente, sus sueños custodia y guarda, vigila y mira, 
cual centinela con profundos ojos negros, siempre alerta, 
por si un rayo fugitivo de su amo se libera y contra él, 
quedar convertido en mortal centella. 


Así, la ‘Gran Amante’, manda sus lágrimas en lluvia de estrellas 
para en los albores de la mañana, éstas sanen de su ‘Novio’ las llagas. 
«¡Eternamente juntos, mi ‘Blanca’…!», tierna y tristemente el Sol exclama. 
Pues la paradoja es que mientras en el mismo, señorea Ella de la noche la sombra, 
es Él el que gobierna y rige la luz del día… 


Por eso, antes de dar las buenas noches y saludar al nuevo día, 
le piden a Dios que ojalá pudieran verse las caras… 



26 abril 2016

El Gondolero de media noche





Estaba uno, a media noche
en turgente y convulso mar
de tibias sábanas blancas
tratando, pues, de no ahogarse.

A aquel llegó con derroche, 
con un esfuerzo ampuloso
yaciendo ahíto y presa
de un ensalmo entre clamores.

Tímido e invisible brazo
el que envía sus caricias
-díscolas, pero sumisas-
a su bravo y lácteo torso.

07 marzo 2016

Degradación





Para que un olvido en la memoria
no hunda esta historia por traspié,
tanto da la clase o tipo,
si es pergamino o el cuché es.
Me encomiendo a escribirla
y, si acaso, otro aún poderla leer.

Como escritora no me veo,
ni tan si quiera una nobël.
Ni a la fama yo aspiro
ni al honor del estrés.
Es que en mi mente no admito
que este Mundo esté al revés:
mientras pocos hacen de sí un mito, 
otros tantos ven un mito el comer.

Quiera Dios, pa’ el final rubricar,
que una larga vida me dé...
Cuestión crucial me persigue
y urge ésta resolver:
¿A qué el Campo Santo en la urbe
si el vasto Mar ya abre su boca
para serlo él también?
La aguda y cruda respuesta
es que “qué le vamos a hacer...”




 

17 febrero 2016

El que vino





En este mi soliloquio
por enajenada me tendrá el Mundo,
mas no hago sino confesarme
y conversar, Señor, contigo.

¡Despierta, pues, despierta!
Que una razón es la que mendigo.
¡Despierta, pues, despierta!
Y mantén atentos tus oídos.

Que tanto aguardar tu Respuesta
me tiene el animus compungido.
No acierto, Señor, no acierto
ni cierto hallo sentido alguno,