06 mayo 2017

De mi pincel





«De mi pincel, ya no color,
mas palabra emana a granel,
que de tal modo se tiñe
cual pomposo y suave vergel
y, en tu rostro de camafeo,
la sonrisa ver florecer.

¡Cuán me place así halagarte
para mi alma no dejar caer
en horrísono menester,
que no es más que la nostalgia
de contigo no amanecer!»

Sé que discordante suena
a mi juicio, también cruel
pues eso él me decía
para, al final, dejar de ser.

Sin embargo, en la paleta
que por corazón ya tengo,
la color fue sin esfuerzo,
quedando apenas hendida:
mitad blanco y lo otro negro,
enemistados tal punto
que ni entonan el acero.

Más a tono con el «por qué»,
comparsa hacen con rigidez,
pues, entrambos, al Verbo
le dio al final por fenecer.
Descanse in pacem «el verbo»,
pincel y paleta con placebo,
pues lo muerto así se queda
y, enterrado está de una vez.





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