29 mayo 2017

Los dos galantes







Cuán generosas son las olas del mar,
que sus suspiros, borran las huellas
nostálgicas del más allá, so las orillas,
que parsimoniosas, se desgranarán.

Del más acá, de vaporoso etéreo
una mujer, la mirada de plata radiante
tenía clavada en el tul
del aciago horizonte azul:

aguardaba estoica a su intrépido amante,
 que osó tentar como a un morlaco, un torero,
al vasto e incierto océano bramante.

Quiera y ojalá se lo traiga Dios entero,
dotro modo, sin retorno a,
le irá a encontrar en el dichoso Cielo.

Así esas olas de marcar se encargarán
la unión de los dos galantes:
la del más acá y el del más allá…

Del velero que surcando va la mar
y la atalaya que eternamente le esperará,
pues silente, sabe que sibilante volverá…



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