Como flor de un día, tal es de efímera la vida.
Pétalo a pétalo cual granada se desgrana
Doliente o risueña: de viva, apenas segundos pasan, y en naturaleza muerta inmortalizada.
Colibrí curioso de pistilos ávido al que, de golpe, cortan las alas.
¿Y a qué sabes, a qué hueles pues tu esencia nos colapsa? ¿Quizá a esa misma flor, mortecina ahora?
Mas tu sabia, codiciado néctar que a los que quedan regalas, envuelve en posada de nácar
A la espera, siempre a la espera del último viaje con destino ¿a la nada?