Hay días en que el mejor pretexto es desaparecer bajo un sol de justicia.
06 julio 2024
04 julio 2024
Medias lunas
Muéstrame tus sombras para, con las mías, de luz irradiarlas.
Déjame ver tu horizonte para reorientar mi norte hacia nuevas metas.
Préstame tus aparejos, navegante para, sin yerros, conquistar tus mares.
Permítete apagar tus días pues, sólo así, podremos encender mis noches.
Revélame tus sueños para, juntos, poder construir nuevas realidades.
Enséñame tus caminos para desvanecer sus fronteras marcando otro rumbo.
Tócame tu tierna música y así poder yo reinventar sus bemoles.
Dame a catar tus sabores, colores donde sumergirme en nuestro amazónico río.
Cuéntame un cuento en el que sea tu voz de terciopelo la que acaricie mi espíritu.
Sólo una sonrisa tuya y... ¿para qué quiero yo las medias lunas?
02 julio 2024
La intrusa y el extraño
Amaina la duda en mi calma mientras se torna atronador el silencio e intensifica las caricias de su mirada, resultando imposible de acallar.
En ese lapso temporal, del príncipe de este mundo desertora me declaro, pues en esta otra morada que considero mi hogar, donde el Amor atrae al amor, ¿cómo pueden tener cabida el miedo y la necesidad, la intrusa y el extraño?
22 junio 2024
El aullido
«¿Dónde está el alma?», verso original incluido en
la obra «Mujeres que corren con los lobos»,
de Clarissa Pinkola Estés.
El aullido de la loba
Es dónde está el alma.
El mío, aún sin forma,
De qué pasta se hace.
Quizás haya huido
En busca de un sentido:
Ése, el de pertenencia.
Ella camina a ciegas,
Viste con carnes ciegas
Para darse un capricho
Sin tener favorito.
Libre de ataduras,
Atraviesa el bosque,
De sus copas renace;
Las ramas, su armadura
Con que emprender sus luchas:
La vida - muerte - vida,
Ciclo cuyas semillas
Va sembrando su viaje.
¿Itinerario nuevo?
El mismo le parece.
Mas ella se complace,
Joven - vieja lobuna,
En su conocimiento
De que de nada sirve
Ir a ninguna parte
Desnuda de sí misma.
17 junio 2024
12 junio 2024
Viniste
Viniste a mí cual glorioso relámpago,
Sin avisar, convirtiendo en arenas movedizas
Mis más que sólidos estratos.
Viniste de pronto como marea alta
Arremete contra estoico peñasco
En una tarde sin sombras
De un Lorenzo haciendo estragos,
No sé cómo, me fuiste llegando
Y llevando a ese punto
En que sólo atendía a tus sutiles reclamos.
Paso a paso, metro a metro,
La distancia se iba acortando,
Hasta hallar el cruce esperado
De miradas prudentes pero,
Por dentro, cual rucios desbocados.
Y justo es lo que viniste buscando:
Una unión, por fugaz que fuera,
Bocado... a... bocado...
09 junio 2024
-
Ya era de noche. Ahora vuelve a serlo Y me doy cuenta ¡De que era un molino de viento! Cáscara de nuez Lanzada mar adentro En mitad del r...
-
Hablar de Federico García Lorca es hablar de dualidad. E, irremediablemente, hacerlo de ésta es internarse ya no en un mar, sino un océano...
-
Ah, si fuese, si fuese siempre. (Verso original del poema PESO DE LAS SUAVIDADES, de José Domínguez Hoyos. *Aplicada una ligera modific...