El canto de la lluvia
Con sus ojos, me guiña,
Y espía en la noche oscura
Que, cruda, en su charco ahogo
Todo vestigio de mala vida.
Taciturna, cae
Para que yo
Me levante
Y bañe como Dios
Cuando da a comer
Manzanas maduras.
¿Maduras o, quizá, podridas?
Un tierno mordisco a su crápula pulpa
Y...
¡Adiós, mundo; bien hallado sueño eremita!
Canto de la lluvia, tu justicia... me bascula.
.