Sé tú
El ujier que mantenga
Esa puerta abierta
A un refugio, siempre
Que haya ausencia de luz.
Sé tú
El amparo de esos hombros
Caídos, no al olvido, sí al conflicto
De nadie más, salvo consigo mismos
En una noche de negra luna que tiende a azul.
Sé tú
Quien descorra y corra el visillo
Para dar paso a la aurora,
Inspiración que en ti germina
Y hace de tu alma ese jardín que tanto buscas
Con certero acierto o al tuntún.
Sé tú.
Sólo tú,
Pues la imprenta fue el mayor invento
—Y el mejor copista—
De la historia: la de todos.
Pero, la tuya, la inventas tú.