Hablar de Federico García Lorca es hablar de dualidad. E, irremediablemente, hacerlo de ésta es internarse ya no en un mar, sino un océano de contrastes. No tanto en el sentido más estricto de la competitividad, pero sí en el de la búsqueda de la complementariedad perfecta tal como la concibe el propio Lorca.
SONETOS DEL AMOR OSCURO la considero una obra donde nuestro autor da rienda suelta a su espíritu jovial —y no menos disruptivo— en ese juego de "decir sin decir" o, en su caso, "decir mucho en poco" y que nadie (o casi) querría que se dijera, al menos no en público, siempre alzando copas a rebosar del gran reserva de litros que mantengan las apariencias. ¿Resultado? Todo un elenco de pocos versos, catorce por cada poema albergado aquí, que en realidad ejercen de disfraz perfecto para esas espadas endecasílabas de doble filo consonante.
Porque, dado el clima tan represivo con el que le toca codearse, lo suyo viene a ser algo parecido a vivir con las Manos cortadas, al no poder expresar abiertamente todo su sentir, todo su amor por alguien que ni mucho menos me esperaba: Salvador Dalí, su amante secreto (y con cuentagotas), su amor prohibido.
Sin embargo,
encuentra en Noche Del Amor Insomne el cauce idóneo para dar rienda suelta a toda esa pasión contenida y que la aurora —ya transmutada en párroco—, consigue esa unión carnal tan deseada, sobre un altar tan íntimo como almidonado y que cuenta con la virtud de resucitarlo de "una más que plausible muerte de amor".De ahí también hallo ese nexo con otro apunte pictórico de la propia autoría de Lorca: en concreto, Payaso De Rostro Desdoblado, una parodia de sí mismo para sobrellevar la tensa situación o bien un reproche hacia su enamorado por algún rechazo, alguna negación de lo evidente: de su relación, de sus sentimientos no reconocidos finalmente. Hecho que convertiría el vínculo en un mero juego superficial donde el más damnificado, a nivel emocional, no es otro que el propio Lorca.
Pero, ¿en qué lugar queda ese anhelo, esa dalia de penas y alegrías, cuyo termómetro rebasa los límites establecidos? ¿Y qué hay de su sinceridad, de esos versos cargados con un buen cartucho de honestidad en El poeta dice la verdad? ¿En verdad estos sonetos lo que describen es una historia cosida a Llagas de amor, donde Lorca no es más que un objeto lúdico, la obra de arte de otro artista, de Dalí?
Y si de decir se trata, es secreto a voces que uno no es profeta en su propio pueblo. Ese "quejido", ese Ay voz secreta del amor oscuro, plagado de oxímorons o contradicciones propias de la misma naturaleza lorquiana, se impone a la terquedad y rigidez de ese "yo dominante" más en sintonía con el contexto del Régimen... para guardar dichas apariencias, por hallar refugio.
¿Dónde encontrar consuelo, por tanto? Con mayor seguridad, [...] en el pecho del poeta. Justo donde El amor duerme.
Y, cierto es, que concilia el sueño por siempre en todos nuestros corazones, trascendiendo toda barrera, todo tiempo.
No digo más, porque tenéis que leerlos... viviéndolos. Sumergiros con Él en su Universo de drama, lírica, bocetos, pasión, ilusión... que exudan estos SONETOS.
Disponible en Libros Con Atenea
No hay comentarios:
Publicar un comentario