26 mayo 2015

Blanco y Negro





Con paso imponente allí iba el Cisne,
príncipe de entre todas las ánades.
Con su blanco abrigo allí va el Cisne,
Don que discierne entre el bien y los males.
Con peso prominente enjuicia el Cisne
que hasta dalias y biznagas tíñense de tardes.
Consagrado es del Olimpo y, de Apolo,
es aljibe que lo unió al polo

norte de tan majestuosos paisajes.

Mas encontróse frente a él su opuesto,
el acantilado de la garganta,
flautas de cuerda y violines de viento.
Y se hizo el Mar y el Cielo y la Montaña
pa’ que el Cisne Negro bailase el resto.
Tremenda, bella y sinfonía sacra
que estremecidas a las plumas deja
pa’ ningún Cisne verse sin pareja.


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