29 abril 2015

El Vacío




En ese cráneo derretido
sólo existe un vacío.
Su vacío ha nacido
amargo, triste y frío,
cual Baikal en su foso sibilino.
En profundidad hundido,
ese cráneo está cohibido
y en sus batallas vencido
por sus recuerdos huidos…
Mas su corazón es invicto.
Y es ese ímpetu que le mantiene vivo,
ese tambor que baila a su ritmo:
un golpe seco y el otro tardío…



¡Ay, de ese cráneo que, ávido,
se aferra al curso de su Río!

Un río al que llamó Vacío…
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario