Ignoto es un Interior por desnudar
que a una frondosa selva no ha de envidiar.
Dando tumbos por ‘ahi’ va, sin rumbo,
sorteando peñascos en un puerto oscuro.
Tanto que por desvelar se le quedan
sueltos aquellos flecos por enredar,
pues asemejarse no hizo más que a un búho
que, en la noche, presa fue de un conjuro.
Y sin embargo, en susurro habla el viento
que a la conquista de popa a proa vase
de ese esquivo, ignoto e indefenso eterno....
Quiera yo no ceder ni caer en trance
con violencia de un vendaval austero,
pues “Él” dijo: del monstruo oigo y el ruido huyo....