Cae la noche.
Suena el silencio.
Empieza el ruego.
Las siete. Espectros
en apariencia,
besando el suelo.
Ese es su juego.
Y voy, acaso,
a son de ciego,
persiguiendo
mi propio eco.
"Desnortada
sin pavimento",
me llaman éstos.
¡Qué le iba a hacer,
perseguía un sueño!
perseguía un sueño!
Entre espinos
me iba moviendo,
en fin, viviendo…
y ahí me tengo.
me iba moviendo,
en fin, viviendo…
y ahí me tengo.
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