16 octubre 2014

La Revelación


Una amarga brisa endulza mis ensueños:

De barlovento, con ira descargaba sus denuedos
por volver a rutas andar,
siguiendo suerte toda de consejos.
Y,
yaciendo perpleja
ante admirables festejos
de emigrantes ánades,
con congoja contemplé ese haz de inocencia,
etérea,
por sí sola,
como un alma desterrada por su propia conciencia.

Juzgada moraleja
de un destello que quebranta el silencio de luna regia,

imperial,

presidía el apogeo de una noche perlada
no sólo de estrellas, también de revoltosas hadas.
Y entre juego y juego me decían éstas: “¡Anda y únete a la fiesta!

¿Cuál fiesta? Yo pregunté.
Pero por mi insistencia, respuesta no hallé…
El verlas revolotear motivo fue de indulgencias,
revoloteo que resultó ser aquel haz de inocencia,
pues: ¿qué culpa tenían éstas?
Hallé yo, entonces, la respuesta:

Paciencia…


                     

Tiempo


Pasado, presente, futuro…
tres ítems en el Tiempo;
lo mundano –muy latente–
deviene en lo silvestre,
pues de nada sirve ya algún lamento
tras haber sepultado lo inerte.

Un vaivén de desdenes,
¡qué tormento!
Inerte el tiempo presente
que, indolente,
es salvo del llamamiento
del lado colmado de exangües portentos.

Mas, tiene tiempo el devenir pendiente
de deseos ocultos ardiente,
para historias desvelarnos,
historias que van, otras que vienen
y por nada se detienen.

¡Quién pudiera contarme un cuento,
aquel en que no exista el Tiempo!
Así, infantes seríamos siempre;
y, más aún,
con espíritu inocente…

¿La Verdad?



 


Destino real en perpetuo conflicto
y enmascara  lo onírico toda realidad.
Lucha feroz  el compromiso
que apalabran, forzosos, ambos:
Falsedad y Realidad.
Realidad que “pertenece” al rico,
toda ella, sólo ella  hiperreal.
Realidad que “predica” el paisano,
una mímesis toda de todo lo banal.
Realidad que so “pesa” el condenado,
una antimímesis de todo lo carnal.
Todo, junto todo,
lo que pertenece, se predica y pesa,
todo, todo junto,
sentenciado a comportar y compartir
ese Todo al que llama el Rico, Paisano y Condenado:
Realidad….

Pero, ¿es todo real lo que llaman como tal?
No es sino toda una invención criminal,
perpetrada cual delirio mundial,
delirio que pertenece, predica y pesa toda
sobre la humanidad.
Y ¿qué podemos, al  fin, ponderar?
Una sencilla equivalencia es la respuesta:
Que toda Falsedad es Verdad.



Reminiscencias del Ayer





Alienados somos de nuestro pasado
y de los sinos, arrastrados.
Deambulando por terrenos agrietados,
peligran recuerdos salvados
de las grises neblinas de nervios apocados.

¿Quién me ayudara a pescar, a pescar
esos fragmentos de vidas pasadas
que, fugazmente, a la deriva van
sin retorno aparente?

Echa las redes a la mar, que a lo mejor,
hermano mío, hoy te sonríe la suerte.
Echa las redes a la mar, que a lo mejor,
retorna  ese tu retal somnoliento,
del más allá, pidiendo recobrar aliento.

¿Quién me ayudara a pescar, a pescar
ese fragmento de vida pasada
que, fugazmente, a la deriva fue
sin retorno aparente?




Esperanza...


¿Quién cuenta los dineros de nuestra vida?
¿Qué banquero el que tasa la esperanza?
Como se desgrana el reloj de arena,
así se fuga la existencia dada.

¿Quién cuenta los dineros de nuestra vida?
¿Qué banquero el que tasa la esperanza?
Ese ente al que muchos llaman “demiurgo”,
Ese que es, mas nadie ve hasta que va.

¿Quién cuenta los dineros de nuestra vida?
¿Qué banquero el que tasa la esperanza?
Esperanza que en el aire está, mas
¿cómo atraparla, cómo respirarla…?

¿Quién cuenta los dineros de nuestra vida?
¿Qué banquero el que tasa la esperanza?
Ese que es, mas nadie ve hasta que va.
A Ése han de clamar, mas no le ven hasta que van…


15 octubre 2014

El Camino (a MDB)


Retazos que retozan
del alma son pedazos.
Fragmentos indelebles
por ángeles guardados
inician su vuelo
hacia álveos regazos.

De la libertad las alas se despliegan
y,
con planeo gozoso,
recogen y acogen al Caído
en los pazos del conflicto;
conflicto que -con pudorosos balazos-
le hace retomar la senda de vuelta,
abriendo las veredas y caminos
con nuevas esperanzas
en campos que afloran
y destilan licores
que con aquellas combinan.

Pues un día fueron lazos atados
en derredor de pertrechos brazos,
sin razón alguna, no más
que por puro rencor hallado
en mendaces sospechas
de quienes fueron Desalmados.

Mas descanso y paz ahora te escoltan
derecho a los portazgos
de la Tierra Prometida.