03 febrero 2025

Galán de noche

 





Desconoces qué sucede mientras duermes. Todo oscuro, el ojo incauto del amor se escora en el rincón más oculto de tu habitación. Fija la mirada en esa percha suya, ese porte majestuoso, estoico por no decir, a la vez que esgrime con volátil paso su acrobático y estético porvenir. 

Sí, helo ahí: discreto, esbelto, dispuesto a lucir su orgullo regio al tiempo que el blazer de turno cubre y almidona, con gracia, tan tonificada y esquemática desnudez. ¡Bella madurez! 

Su dureza de músculos pronto se aviene de una vela a la luz tenue, cuya sombra —prosopopeya de unos zapatos con perneras— juega a proyectarse en los cueros de una cercana pared... 

Despierta el día. No ves a nadie salvo su evaporada  esencia, mas tus labios aún recuerdan trasnochados los suyos, cuando en eternizadas horas, incendiarias e indecentes, te entregaba en volandas cierta llave contra aquella misma pared... 



2 comentarios:

  1. Lo sabia ya te voy cogiendo el tacto. Mi padre tenía uno en su habitación

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahora alcanzo a leer tu comentario.

      En efecto, en todo momento hago uso del doble sentido.
      Jugar con las palabras, de los mejores oficios.

      Por cierto, muy práctico tu padre por haber tenido uno, con la pequeña salvedad de que ese galán propiedad suya... vida no cobraba por las noches. 🤔☺️

      Muchas gracias por comentar.

      Eliminar