Desde el batiscafo que soy
Me sumerjo en tus aguas
De serenidad profunda
Cuyas coordenadas fijan mi radar,
Dejándome por ellas guiar
Hacia el latido de tu tierra,
Llanura abisal fecunda
Donde arrellanarme en tu marea.
Pocas parecen veinte mil leguas
Embebidas en tu alma conspicua
—A la cual me hice ya asidua—,
Si contigo siempre es hoy.
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