13 octubre 2017

Jaula de Oro







De mirar perdido, rostro angelical,
cautiva anda y es de su pensamiento.
Tal vez sea aún del enamoramiento
o tal vez de su desaliento infernal.

Lo que la aterra es el deber marital:
sus nupcias forzosas, un descontento
y el novio caduco, sin miramiento.
Una esclava en jaula de oro magistral.

Su consuelo es el sombrero de paja,
que con mano apasionada y ferviente
porta consigo cual si fuera alhaja

(regalo de un querido, más ardiente),
por rescatar la sacrílega caja
donde desahogar su amor más hirviente.



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