29 septiembre 2015

Encrucijada




Un solo ente dos personas habitan 
y a un fratricidio ambas se precipitan: 
cual nueva, mi enjuto cuerpo se oculta; 
mi alma, en vehëmente tifón se inunda. 

Lo que la materia le niega a la una, 
ésta, vertiéndolo va en su totuma 
de achiote, a causa de abierta herida 
pues, en sombras, aquella la alquimiza. 

Y pueda ser, tal vez, que en joven carne 
coma, viva y muera ésa, un alma vieja 
cual impide que al menos una encarne 

al alba ave –que esta tiña despeja– 
y a ambas mitades junte en solo un guarne 
que ice del latente ingenio, la reja. 





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