10 agosto 2015

Víctimas




De la más baja
o de abolengo,
a toda clase ataca.
Viciado alboroque,
pues ninguna escapa.
Como una espuerta
con tragedia cargan:
han de esconderse
cual si fueran ratas.
Hiere aún un insulto,
quema una cachetada,
mas sus conciencias
no serán mutiladas.
Dignidad tienen
y a algunas se la saca
un ‘matarife’
en cirugia macabra,
porque éste… ¡Ay, éste!,
carece de alma.
¡Qué pena, grande pena!
Ese ‘monstruo’,
a muerte, las condena…



 



No hay comentarios:

Publicar un comentario