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26 septiembre 2022

Lo mío no es la poesía





Fue en realidad desesperante
Verte desollado de mi compañía, 
Perdido en esas drogas malditas. 
¡Que un crack eras! Y, al final, lo pinchaste 
En tus consumidas venas ignorantes, 
Como fruto de mi nula guía. 

No supe el porqué de mi suerte;
Mi actitud se volvió revanchista:
Quise borrar de las calles a esa gente
Que con engaños agotaron tu valía.

Sin embargo, y esto lo tengo presente,
De algún modo me gané la amnistía,
El sosiego y la calma en mi mente
Cuando, entre plásticos, en una esquina,
Lo vi surgir enjuto pero imponente;
Su mirada gris recordaba a la tuya...

Pero ahora, hijo, soy consciente
De que lo mío no es la poesía.


Fdo.: Artur B. H. 

20 septiembre 2022

De ti... Al Universo







Sin recuerdos de esa noche salvaje,

Muero.

Sueño

Con que repte esa tu díscola lengua

Por mi trémula piel;

La carne es clara,

Sin paños calientes:

Sin tregua,

Sea la caza.

Ven con tu arma,

déjame ver tu alma.

Para ti y por ti, mi puerta abierta siempre.

Muéstrame tu espada,

Que aflora en ella un sentimento

Para nada perverso:

Con la luna llena, llevarme de viaje

A la conquista del universo,

Aunque esté este contenido

En un lejano planeta llamado deseo...

Quiero.

Y quiero

Que con tu mirada me abraces.

Y siento

que ves con tu tacto la savia de mi fuente.

Y vuelo

Sobre las nubes arcoiris de tu pecho.

Y huelo

El manantial eléctrico derrochado por tus dedos.

¿Veinte?

Cada vez que me enseñas qué es el amor,

Verlos multiplicados puedo...

Y se sienten.



Fdo.: Arianna J. R. 


16 septiembre 2022

Tu amanecer

 



Me sacaste del ocaso. 
La Nada, mi compañera. 
Solo ella con su abrazo 
Y sus buenas maneras 
Teñia de alegría mi pazo. 
Soledad, de un vistazo, 
Me cautivaste entera 
Cogiendo fuerte mi mano. 
Ahí un día, sin querer, 
Se me clavó una flecha 
Con un mensaje claro: 
Yo soy tu amanecer. 


Fdo.: Noah D. B.

04 septiembre 2022

El recuerdo






#Reto4palabras (No. 92):

El recuerdo de aquel beso que nos dimos a, la luz del crepúsculo me envuelve en una vorágine de nostalgia, pues fue ahí donde aprendí a valorar la suerte que tuve cuando tu corazón me dio su palabra...

Fdo.: Arianna J. R. 

06 julio 2022

EL MAESTRO DE LAS MIL CARAS: NO HA SIDO LEONARD





Tras recibir un disparo en la batalla de Petersburg, Leonard, un humilde afinador de violines natural de Kentucky, cae mortalmente herido dejando sus promesas incumplidas: llegar a ser todo un maestro de la armónica, vencer a la Confederación como soldado voluntario y empezar de cero junto a Aaliyah, la esclava que conquistó su corazón a orillas del Cumberland . Sin embargo, dos siglos después, tendrá una segunda oportunidad de retomar lo que dejó a medias: reencarnará en Noah, uno de los mejores neurocirujanos del Sinai’s Willows, prestigioso hospital en la ciudad de Los Ángeles.


Pero nada es gratis. Leonard (ahora Noah) tomará la decisión de convertirse en otro maestro, esta vez de las mil caras, al verse envuelto en una trama de terrorismo al más alto nivel que pretende imponer un nuevo orden mundial, al tiempo que descubre la existencia de un hermano gemelo que puede ser determinante en su investigación y que su amada no murió para siempre, sino que ha reencarnado en otra mujer de la cual acabará enamorándose… de nuevo.


Espionaje, envidias, dudas, miedos y prejuicios vienen a ser los ingredientes ideales para que la tormenta perfecta se desate, mientras su peor enemigo camina más cerca de lo que cree.


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EL MAESTRO DE LAS MIL CARAS es una apasionante historia en clave de ciencia ficción con pinceladas de realismo mágico que plantea la realidad desde una perspectiva crítica y que nos anima a creer que, pase lo que pase, siempre cabe la posibilidad de descubrir y cumplir nuestros propósitos de vida, ya sea en esta o en la siguiente reencarnación. 

04 julio 2022

Fiel sombra




Cada vez que me ves pasar

Insistes en la misma pregunta:

¿Que qué me pasa, dices?

La misma vida me pesa y pasa

Porque pasé de mí y ahora es ella

La que me etraviesa con su lanza,

De palmo a palmo,

De muela a muela,

Sin templanza.

Haciendo conmigo una matanza.

Y la luna, al fondo, presidiendo la noche,

Mi noche, y quizá sea la última

Pues única es viendo mi sangre verter.

¿Y de verdad preguntas qué me pasa?

Más bien es tu abandono el que pesa

Y me pesa tanto o más que aquel

Desplante tuyo en ese amanecer

De ese tildado ya como fatídico día.

Entonces ¿cuál es la razón de ser,

Si a este paso hasta la nada me pesa

Porque con prosa avanza mi vida?

Hecho un poema ando en melancolía,

Insulsa compañía que, por hache o por be,

Desde que nací es fiel sombra a la vera mía.




Fdo.: El Maestro en el «Exilio».

28 mayo 2022

Una carta






Huíste con ellas, las letras: de la nada surgiste, me sedujiste y quedé de rodillas. Fugaz, como viniste te fuiste, Estrella y en tu lugar una carta bañada en lirios llenó de rubor, ya cárdeno, mis mejillas, porque decías: «no seré tuya, pero te quiero, mi vida».

08 mayo 2022

Desojando el girasol




Sin prisas deshojo el girasol, sustituto de mi Margarita, mientras cierro los ojos y son sus labios los que anidan en mí cual nube oscura de sedientos murciélagos. ¿Y qué querían de mi delirio angustiado, si es reacción humana odiarla por tanto desdén acumulado?


02 mayo 2022

Contigo





'Contigo' significa descolgar estrellas... Y en la línea de un verso hacer que sientan como yo siento el amarre de la venda con que prendiste mis muñecas, mientras éramos uno bajo la luna nueva: nuevo amor... sellado... venga quien venga...

24 febrero 2022

Tu musa





Desde el día en que nací, sueño con atracar mi velero errante en la orilla de tu piel cetrina. Culmina y sella con tinta carmesí ese poema prometido, que por desafueros y desventuras, se guardó para adentro aquello de que, pasara lo que pasase, yo sería tu musa.

23 enero 2022

Halloween, mi segundo nacimiento









Mi nombre era Samuel. ¿Apellidos? Ya no importan tanto. ¿Razón? Bueno, cuando vas hasta arriba de metas como que pierdes el contacto con el mundo real. ¿Mundo real he dicho? Si creo que ni yo lo soy. Insisto, mi nombre era Samuel. Tengo cuarenta y ocho otoños y como tantos otros de mi quinta, sigo bajo un techo demasiado familiar para mi gusto.

Ya no aguantaba más esa noche.

«¡SOY UN HOMBRE!», le grité con saña a la apocada de mi madre. A mi padre había que darle de comer aparte; mi testosterona era mucho más potente que la suya, más vetusta. ¡Demasiado culto he sido para un hombre de su calaña! Y tampoco es que lo mereciera. ¿Puedo llamarme, entonces, justiciero?

Esa noche de novilunio fue mi cómplice silente: las dos de la madrugada del 31 de octubre de 2011. Ese día representó mi muerte pero también el nacimiento de un nuevo ser: quien soy hoy.

Esa noche como digo, iba ciego como nunca antes. Esa sensación de cero límites ¡no tenía precedentes! Estrechas en mayoría, deambulé por calles sin nombre, huérfanas... ¿Seguía siendo Soria? Carecía de rumbo aparente hasta que me topé con una tía vestida totalmente de negro, incluido su sedoso y espeso cabello. Atractiva a más no poder; ojos lascivos... ¿O era un tío? Poco importa. Lo que desconozco es cómo lo hizo, pero se comunicó conmigo por telepatía.

Me arrastró a un rincón.

Salvajes, los orgasmos se sucedieron.

Visto y no visto.

Desapareció.

Sin embargo noté algo suyo dentro de mí; aquello era poderoso e inenarrable a la vez. ¿Demasiado culto? Más bien era un bulto del cual desaherme.

Lo necesitaba.

Sentí sed.

En breve, la casa de mis padres.

¿Levité?

Todo oscuro.

Cuchillo en mano.

Su habitación.

Dormían.

Aquello fue una sangría; Déxter Morgan, un bebé a mi lado.

¿Apellidos?

¿Mi nombre era Samuel?

Mejor llámame... Mister Blood.

11 diciembre 2021

¿La meta a cien metros?


Tenía que hacerlo. Esta vez no se conformaría con acariciarlo. El preciado metal debía acabar adornando su cuello. Eran los Juegos Olímpicos y quería que el pueblo japonés recordara su nombre por siempre. Amadou Okay era un atleta senegalés que venía con una meta clara: bajar de los nueve cincuenta y ocho de Bolt, afirmación que repetía constantemente, pero... «Si te quedas sin insulina, ya sabes cómo proceder», insistía su preparador físico.

Vista puesta en su calle: la tres. Corazón en un puño, justo el que tenía apoyado en la línea de salida. Boqueaba mientras se decía incesante que la medalla era suya. Sentía las sienes presionadas por un público tanto o más ávido de triunfo, amenazándole supuestamente con volverle la espalda para los restos, renegando de su existencia. ¿O era su mente la de la jugarreta? Comenzó a transpirar de forma abundante; le pareció estar viendo una constelación de estrellas danzantes. Bajó la cabeza.
Al ver la situación, varios responsables del evento se le acercaron preocupados por su estado.
Se retiraron en breve.

Okay les dijo que todo iba bien, que era su método de concentración. Al rato, el mismo aluvión de recomendaciones de su especialista agolpaban su cabeza nuevamente. «¡Ya, ya, ya lo sé!», voceaba para sí, ignorante de las miradas inquisidoras de las calles aledañas. ¿Lo tomarían por loco?

Al fin, la cuenta atrás. Todos en sus puestos. Adrenalina. Tensión. ¡El disparo! Calles centrales disputándose la victoria en menos de diez segundos con la aventajada siete. Contra pronóstico, la número cinco se alzó con el segundo puesto.

El marcador luciendo un nueve cincuenta y siete intermitente. ¡Un nuevo récord!

Okay... ¿Dónde estaba Okay? Dos cucharaditas de vinagre de manzana disueltas en ocho onzas de agua saciaban su garganta:

—¡A esperar otros cuatro años...!



19 septiembre 2021

S. O. S. al aire


¡Arrebata, por favor, de entre los escombros, la coraza a este raquítico corazón, pues ni la intuición consiguió reanimarlo desde el coma del desamor! Fue ese mi S.O.S. al aire; aquel fue mi mensaje ahogado, una botella náufraga en la profundidad del sinuoso mar.