Lo que siento por ti desde que de nuevo nací al tenerte por vez primera frente a mí y luego a mi lado, me obliga a ser tupida e inerme niebla para enrocarme en tu boca de almidonados labios, sin hacerte daño, pues prisión ya es de este corazón por ti cautivado.
23 abril 2022
Corazón cautivado
Lo que siento por ti desde que de nuevo nací al tenerte por vez primera frente a mí y luego a mi lado, me obliga a ser tupida e inerme niebla para enrocarme en tu boca de almidonados labios, sin hacerte daño, pues prisión ya es de este corazón por ti cautivado.
16 abril 2022
Letras de sangre
09 abril 2022
La marea del tiempo
28 marzo 2022
Injusticias
¿Me hablas de injusticias, hermano? Son tantas en el mundo que no sé muy bien en qué orden de prelación se encuentra mi caso...
22 marzo 2022
Dime, Luna...
Otoño
18 marzo 2022
Ciento ochenta grados
Por un momento pensé que había acabado con su vida.
.................
Esa noche, estaba hecha un basilisco. No podía creer que mi novio de toda la vida ¡estuviera con otra al mismo tiempo que salía conmigo! ¡¿Por cinco años?! ¿En serio? Ahora entiendo que saltara el contestador cada vez que llamaba al fijo; al móvil, otro tanto... ¡Estaba con esa zo...! Y no quiero seguir porque...
Indiferente al bochorno que despertaba en los ojipláticos viandantes, abrí bruscamente la puerta de mi coche y me puse a conducir como si estuviera en la fórmula uno. Al rato, oí una sirena proveniente ¿del maletero? Qué va, no iba colocada ni mucho menos, bueno sí, pero de rabia y odio profundos hacia el que desde ese momento ya era mi ex.
Una patrulla de policía:
—¡Documentación! –me espetó el agente.
Muy mono, por cierto pero no tenía la noche para juergas. Accedí a regañadientes.
—Señorita, tendrá usted que acompañarme.
—¿De qué se me acusa? Que sepa que aún no he matado a nadie...
«Bueno, al cab... de mi ex podría, pero ¿merecería la pena?»
—No se lo quiero repetir de nuevo. Haga el favor de acompañarme a comisaría. Lleva su permiso caducado desde hace dos meses. Podemos solucionar esto de forma pacífica.
—Ok, ok, sin problema...
No acabó de filiarme.
Ni corta ni perezosa, me monté a la desesperada en mi auto; al acelerador no le di tregua. Me salté dos semáforos, casi me llevaba unos cuantos empellones. La poli a la zaga. A la tercera fue la vencida: un utilitario me destrozó uno de los faros delanteros. De rebote, derrapé y, de pronto, un golpe seco.
—Madre mía, ¿está usted bien?
Mi vida daba un vuelco de ciento ochenta grados por un flechazo...
.................
Esa noche, estaba hecha un basilisco. No podía creer que mi novio de toda la vida ¡estuviera con otra al mismo tiempo que salía conmigo! ¡¿Por cinco años?! ¿En serio? Ahora entiendo que saltara el contestador cada vez que llamaba al fijo; al móvil, otro tanto... ¡Estaba con esa zo...! Y no quiero seguir porque...
Indiferente al bochorno que despertaba en los ojipláticos viandantes, abrí bruscamente la puerta de mi coche y me puse a conducir como si estuviera en la fórmula uno. Al rato, oí una sirena proveniente ¿del maletero? Qué va, no iba colocada ni mucho menos, bueno sí, pero de rabia y odio profundos hacia el que desde ese momento ya era mi ex.
Una patrulla de policía:
—¡Documentación! –me espetó el agente.
Muy mono, por cierto pero no tenía la noche para juergas. Accedí a regañadientes.
—Señorita, tendrá usted que acompañarme.
—¿De qué se me acusa? Que sepa que aún no he matado a nadie...
«Bueno, al cab... de mi ex podría, pero ¿merecería la pena?»
—No se lo quiero repetir de nuevo. Haga el favor de acompañarme a comisaría. Lleva su permiso caducado desde hace dos meses. Podemos solucionar esto de forma pacífica.
—Ok, ok, sin problema...
No acabó de filiarme.
Ni corta ni perezosa, me monté a la desesperada en mi auto; al acelerador no le di tregua. Me salté dos semáforos, casi me llevaba unos cuantos empellones. La poli a la zaga. A la tercera fue la vencida: un utilitario me destrozó uno de los faros delanteros. De rebote, derrapé y, de pronto, un golpe seco.
—Madre mía, ¿está usted bien?
Mi vida daba un vuelco de ciento ochenta grados por un flechazo...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
-
Eres forja de nueva episteme Con tus soledades por palmeras, Cubriéndote las espaldas —En prevención— por si te pierdes Donde los sil...
-
De mirar perdido, rostro angelical, cautiva anda – y es – de su pensamiento. Tal vez sea aún del enamoramiento o tal ...