05 agosto 2022
28 julio 2022
El Maestro de las Mil Caras
¿Va de #mascarillas la cosa? 😷 Averígualo entrando en cualquiera de estos enlaces 👀https://t.co/qHHNuxQg2u@Edicirculorojo
— AniAsth (@0606Anas) July 28, 2022
06 julio 2022
EL MAESTRO DE LAS MIL CARAS: NO HA SIDO LEONARD
Pero nada es gratis. Leonard (ahora Noah) tomará la decisión de convertirse en otro maestro, esta vez de las mil caras, al verse envuelto en una trama de terrorismo al más alto nivel que pretende imponer un nuevo orden mundial, al tiempo que descubre la existencia de un hermano gemelo que puede ser determinante en su investigación y que su amada no murió para siempre, sino que ha reencarnado en otra mujer de la cual acabará enamorándose… de nuevo.
Espionaje, envidias, dudas, miedos y prejuicios vienen a ser los ingredientes ideales para que la tormenta perfecta se desate, mientras su peor enemigo camina más cerca de lo que cree.
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EL MAESTRO DE LAS MIL CARAS es una apasionante historia en clave de ciencia ficción con pinceladas de realismo mágico que plantea la realidad desde una perspectiva crítica y que nos anima a creer que, pase lo que pase, siempre cabe la posibilidad de descubrir y cumplir nuestros propósitos de vida, ya sea en esta o en la siguiente reencarnación.
04 julio 2022
Fiel sombra
28 mayo 2022
Una carta
28 marzo 2022
Injusticias
¿Me hablas de injusticias, hermano? Son tantas en el mundo que no sé muy bien en qué orden de prelación se encuentra mi caso...
22 febrero 2022
¡Benditas horas extras!
Era inevitable. Parecía mentira que hubiera transcurrido un año. De nuevo febrero y las «plumas de Cupido» parecían ser ubicuas... para mi fastidio. Aún su cara de espanto perduraba en mi memoria, incluso me asaltaba en la ducha o mientras me afeitaba. No era de extrañar que lo dejáramos, y de qué manera. Ni siquiera ella tenía la culpa. Simplemente, me pilló desprevenido. Parecía nuevo en esto. Qué remedio; el mal estaba hecho. Tenía que cumplir... con mi deber. Y dejémoslo ahí, al menos de momento.
Llevaba trescientos sesenta y cinco días en régimen de semireclusión domiciliaria hasta que me auto otorgara la «condicional» o recibiera otro encargo. Con solo pensarlo me dan arcadas y siento un arpón clavado en el corazón, atravesándolo de aurícula derecha a ventrículo izquierdo.
Maldigo el día en que todo sucedió. Fue rápido, sin vuelta atrás ni palabras de más. Estaba claro que con un trabajo así, sería imposible llevar una vida normal:
Las diez de la noche. Me planté en la oficina de su jefe con el sigilo que me caracteriza. Conocía los puntos ciegos, así que las cámaras de vigilancia fueron el menor de mis problemas. Despejado. Únicos testigos: el mobiliario y una impresora. El silenciador hizo el resto. La nuca del sujeto comenzó a sangrar y se desinfló cual globo. Un objetivo menos en la lista y por el que me pagarían un buen pellizco: era un pez gordo de la Calabresa. Fantaseé con la idea hasta que una voz a mi espalda me hizo bajar de las nubes: mi entonces novia; horas extras, y a buenas horas para mí. Se disponía a llamar a la policía, pero mi destreza fue más veloz.
Continúo en busca y captura a día de hoy, pero con otro encargo que me da de comer.
23 enero 2022
Halloween, mi segundo nacimiento
Mi nombre era Samuel. ¿Apellidos? Ya no importan tanto. ¿Razón? Bueno, cuando vas hasta arriba de metas como que pierdes el contacto con el mundo real. ¿Mundo real he dicho? Si creo que ni yo lo soy. Insisto, mi nombre era Samuel. Tengo cuarenta y ocho otoños y como tantos otros de mi quinta, sigo bajo un techo demasiado familiar para mi gusto.
Ya no aguantaba más esa noche.
«¡SOY UN HOMBRE!», le grité con saña a la apocada de mi madre. A mi padre había que darle de comer aparte; mi testosterona era mucho más potente que la suya, más vetusta. ¡Demasiado culto he sido para un hombre de su calaña! Y tampoco es que lo mereciera. ¿Puedo llamarme, entonces, justiciero?
Esa noche de novilunio fue mi cómplice silente: las dos de la madrugada del 31 de octubre de 2011. Ese día representó mi muerte pero también el nacimiento de un nuevo ser: quien soy hoy.
Esa noche como digo, iba ciego como nunca antes. Esa sensación de cero límites ¡no tenía precedentes! Estrechas en mayoría, deambulé por calles sin nombre, huérfanas... ¿Seguía siendo Soria? Carecía de rumbo aparente hasta que me topé con una tía vestida totalmente de negro, incluido su sedoso y espeso cabello. Atractiva a más no poder; ojos lascivos... ¿O era un tío? Poco importa. Lo que desconozco es cómo lo hizo, pero se comunicó conmigo por telepatía.
Me arrastró a un rincón.
Salvajes, los orgasmos se sucedieron.
Visto y no visto.
Desapareció.
Sin embargo noté algo suyo dentro de mí; aquello era poderoso e inenarrable a la vez. ¿Demasiado culto? Más bien era un bulto del cual desaherme.
Lo necesitaba.
Sentí sed.
En breve, la casa de mis padres.
¿Levité?
Todo oscuro.
Cuchillo en mano.
Su habitación.
Dormían.
Aquello fue una sangría; Déxter Morgan, un bebé a mi lado.
¿Apellidos?
¿Mi nombre era Samuel?
Mejor llámame... Mister Blood.
11 diciembre 2021
Va de tostadas la cosa...
—Descuida, mamá; ya vendrá. Seguro que está en la ducha. Siempre ha sido una lentorra.
—Mira, Luisa... Que sea tu hermana no es excusa para que la justifiques todo el tiempo. Así que tengamos la fiesta en paz. ¡Tú, como tu padre, siempre mimándola!
—Buenos días, cariño; familia. ¿Hablábais de mí?
—Otro creyéndose el ombligo del mundo...
—¿Ombligo? Primero que todo, suaviza esos ánimos. ¿Se puede saber qué tripa se te ha roto? Siempre igual. ¿Te apetece que esta noche te lleve a cenar y recordamos «viejos tiempos»?
—¡Qué buena idea, hijo! Creo que os merecéis un poco de intimidad. Ya bastante hacéis por nosotros, mantener la casa, el trabajo.
—¿Quién te dio vela en este entierro, doña Perfecta?
—¡Lo ves! Papá, Telma y la abuela tienen razón. Contigo no se puede hablar. Lo tuyo es «ordeno y mando». Papá, ¿me pasas el zumo de arándanos?
—Por supuesto.
—¡Santo cielo, esta niña es incorregible! ¿Podremos desayunar juntos y en paz en esta santa casa? ¿Se puede saber dónde se metió tu hermana?
El bebé empezó a llorar.
—¡Déjala, Carmen! Se estará poniendo guapa para ver al novio, que estará al caer. De «alguien» lo aprendería. Entre eso y el manuscrito que la trae de cabeza, ya me dirás.
—¡No me cambies de tema, Andrés. Además, lo mío era diferente.
«Sí, sí...», musitó Luisa.
—Bueno, aparte, ¿no tenía que entregarlo hoy como fecha límite? –apuntó doña Perfecta.
—Es verdad, pero anda, Luisa. Haz el favor...
Dejó al bebé en brazos de su abuela.
Avanzó hacia el cuarto de su hermana.
La puerta, entreabierta.
—Te estamos esperando para desayunar.
Sin respuesta.
«Vaya, estará profundamente dormida.»
Ya dentro, la zarandeó con suavidad. Nada.
Un segundo intento más vigoroso. Tampoco.
Posó dos dedos sobre el cuello...
—¡Dios mío! ¡Venid! ¡Telma está...!
—¡Tostada, que se te quema la tostada! ¡Vamos, bajad de una vez!
¿La meta a cien metros?
Vista puesta en su calle: la tres. Corazón en un puño, justo el que tenía apoyado en la línea de salida. Boqueaba mientras se decía incesante que la medalla era suya. Sentía las sienes presionadas por un público tanto o más ávido de triunfo, amenazándole supuestamente con volverle la espalda para los restos, renegando de su existencia. ¿O era su mente la de la jugarreta? Comenzó a transpirar de forma abundante; le pareció estar viendo una constelación de estrellas danzantes. Bajó la cabeza.
Al ver la situación, varios responsables del evento se le acercaron preocupados por su estado.
Se retiraron en breve.
Okay les dijo que todo iba bien, que era su método de concentración. Al rato, el mismo aluvión de recomendaciones de su especialista agolpaban su cabeza nuevamente. «¡Ya, ya, ya lo sé!», voceaba para sí, ignorante de las miradas inquisidoras de las calles aledañas. ¿Lo tomarían por loco?
Al fin, la cuenta atrás. Todos en sus puestos. Adrenalina. Tensión. ¡El disparo! Calles centrales disputándose la victoria en menos de diez segundos con la aventajada siete. Contra pronóstico, la número cinco se alzó con el segundo puesto.
El marcador luciendo un nueve cincuenta y siete intermitente. ¡Un nuevo récord!
Okay... ¿Dónde estaba Okay? Dos cucharaditas de vinagre de manzana disueltas en ocho onzas de agua saciaban su garganta:
—¡A esperar otros cuatro años...!
06 septiembre 2021
Malas Influencias - La Reseña
Malas Influencias - La Reseña
Sinopsis
Durante el verano de 2018, Miranda García, una escritora aficionada que se recupera de su reciente divorcio, ve cómo su vida da un giro de 180 grados al verse envuelta en la investigación del asesinato del empresario Daniel Urtice, esposo de la enigmática autora de novela negra Norma Seller. Enfrentándose a la oposición del Inspector Torres que no está de acuerdo con que una escritora ejerza de detective amateur, Miranda no descansará hasta sacar a la luz una oscura trama de secretos, infidelidades, negocios turbios y traiciones en la que todo parece girar en torno a uno de los manuscritos de Norma Seller, y donde nada será lo que parece. La verdad solo llegará tras un frenético recorrido por el norte de España en el cual Miranda deberá poner en riesgo no solo todo aquello que ama y en lo que cree, sino algo aún más importante.
Introducción
Los agentes implicados
La Estructura
El Autor
Mi Fallo
09 agosto 2021
El Día que Dejamos de Creer en los Ángeles: La Reseña
El Día que Dejamos de Creer en los Ángeles
La Reseña
Sinopsis
Año 2047. La vida de la detective Michelle Cavelier da un giro inesperado cuando acepta echarle una mano al Señor de la Muerte, un ángel impredecible y caprichoso, empecinado en desvelar el misterio que ronda alrededor de un brutal asesinato, cometido por otro ángel. Lo que parecía ser un simple favor, una investigación de rutina, de pronto se convierte en un viaje alucinante a los recuerdos de Michelle para averiguar lo que sucedió con una misión fallida y mortal, borrada de su memoria muchos años atrás. El Ángel de la muerte decide violar algunas reglas para tratar de recuperar lo que desapareció de la mente de la detective. Mientras tanto, una adolescente llamada Isabel quiere hacer algunos ajustes a su aburrida existencia, sin sospechar que uno de esos cambios —perder su virginidad— despertará fuerzas poderosas que pondrán a temblar a la nueva clase dirigente de la Tierra: los ángeles, que conviven con la humanidad desde hace más de veinte años en paz y armonía (por ahora).El día que dejamos de creer en los ángeles es un thriller distópico entreverado de fantasía y ciencia ficción que engancha al lector desde las primeras líneas.
Introducción
¿Por ahora?
Me he tomado la licencia de comenzar esta reseña con la cita inicial que llamó mi atención por esa afirmación final tan lapidaria, la cual y lejos de restringirse a la mera ficción, resulta certera.
Escrita con espíritu transgresor y visión futurista, El día que dejamos de creer en los Ángeles es la primera novela de Mariano Estela Aldana, de quien hablaré más adelante. Esta narración me sumergió en una realidad cuando menos inquietante pero no tan remota como parece dado el auge constante de tecnologías de ultimísima generación.
En un primer momento me llevó a congraciar Regreso al futuro con El Quinto Elemento, el primero por los viajes temporales de McFly (a bordo del Delorean) y el segundo porque está ambientado en un entorno altamente tecnológico (con vehículos que también desafían las leyes gravitacionales).
Pese al avance tecnológico y que este beneficie para un mejor abordaje, los métodos de investigación siguen siendo los mismos y en mi opinión es muy positivo que así sea: toda ficción tiene un "anclaje" en lo real.
Viajamos en el tiempo a través de los recuerdos y ese es uno de los aspectos que la diferencian de otros títulos que haya leído anteriormente. Decir que fue un "flechazo". Si hay algo que me apasione es el tridente pasado - presente - futuro, sumado al ocultismo de varios pasajes, que me sorprendió para bien, superando con creces cualquier tentativa que pudiera tener mi imaginación. Pero sí que me llevó a pensar en un "gobierno único", en apariencia feliz, y nunca hubiera contado con la presencia de semejantes plumas.
Este contexto de armisticio humano-angelical no me dejó indiferente y claro que repito en la segunda remesa.
La Estructuración
Como comentaba, un escenario tan heterogéneo, cambiante y que se mueve en distintos planos temporales exigía una estructura que no hiciera chirriar el engranaje. Dividir la trama en cinco «libros», me pareció un acierto ya que de ese modo no me desconecté en ningún momento de la historia, manteniéndome en vilo a la espera de lo que pudiera suceder con las cacatúas.
A medida que leía, me gustaba anticiparme, pero muy contadas veces mis cábalas coincidían con la propuesta del autor. Y he aquí otro factor distintivo: son libros con nombre propio, a cada cual con su personalidad inherente, cuya esencia permanecía constante cual leitmotiv.
Me encantaron los giros argumentales con que me he topado aquí y, encima, son coherentes y no menos sorprendentes.
Los Personajes
Destacaré los que me parecieron las piezas fundamentales del mecanismo y daré mi opinión dos a dos:
1) El Ángel de la Muerte y El Señor de las Sombras: dos entes celestiales poderosísimos, el primero irreverente por naturaleza, con cierto engreimiento y que, a priori, parece ostentar el don de la omnisciencia entre otros; el segundo, quiere dárselas de Gentleman, más oscuro si cabe, pero en realidad es lo más parecido a un sicario; lo supe desde sus primeras intervenciones e intranquila me quedé porque algún as se guarda bajo el ala. Además, este último sí que parece no tener corazón (lógico por ejercer su función), a diferencia del primero o eso fue lo que me sugirieron los acontecimientos.
2) Juanfe y el Capitán Wright: Todo un bonachón cuyos sentimientos es reacio a mostrar por vergüenza y que aceptará su destino aunque al principio a regañadientes por "desconocimiento", Juanfe es de mis favoritos también por su actitud altruista y protectora (la valiente Elena). El 'Capi' me pareció todo un líder motivador que bien podría hacer andar al bueno de Lázaro y que, como Juanfe, pondría la mano en el fuego por sus subordinados (cabo Torres incluido). ¿Pero qué traerá su otra faceta? Seguro algo gordo.
3) Michelle Cavelier e Isabel: Se dice que lo mejor viene al final. Entonces, ¿cómo no mencionar a estas damas cuya presencia tiene visos de ser crucial? Por una parte, la Cavelier me ha parecido una mujer de armas tomar a la que cualquiera se atreve a intimidar sin salir escaldado/a y, sin embargo, tan solo dos mestizos (Helga y el asistente del delegado) fueron capaces de doblegarla, cada uno a su manera y hasta aquí puedo leer. Por otro lado, Isabel se me antojó como la "típica joven incomprendida" y, por tanto, rebelde pero con causa y siempre porsilasmos (me encanta esa expresión, lo que la hace más natural, más ella con la curiosidad de cualquier polluelo neonato). He de confesar que me identifiqué con ambas, con Michelle de inmediato pues es de los pocos personajes con los que comparto tanto, como si fuera mi doble. Pero el destino es caprichoso, ahí lo dejo.
E inventariando un poco, a mi juicio, hay un personaje que requería mención aparte por su estatus de eminencia en el escalafón celestial: el Querubín, un ser superior en todos los sentidos y con una dieta tan peculiar que me llevó a pensar que era tanto o más despreciable que El Señor de las Sombras, pero me sorprendió para bien el hecho de que tras su extravagancia desmedida, haya caridad (y no poca); los hechos así lo atestiguaron. Me dejó expectante y ávida de ¿otras demostraciones de su particular probidad? Porque «Los tratos con los humanos eran simples: ellos seguían dirigiendo sus naciones mientras los Ángeles asumían una posición de seres supremos. Muy simple: unos arriba y otros abajo.»
Lo sensato: adoptar una posición neutral para no sufrir las duras consecuencias.
El Autor
¿Qué hacer sino desaherme en elogios ante un autor revelación que no creía serlo? Decir que comulgué con su estilo narrativo desde que me atreví a leer –intrépida de mí, como Michelle– el prólogo y primer capítulo. Automáticamente, confié en que se acabaría publicando y helo ahí.
Oriundo de Colombia, Mariano ha demostrado tener pleno dominio sobre cómo construir una historia consistente y bien trazada para que te deje con la miel en los labios gracias a sus finales abiertos; lienzos en blanco que rellenar por nuestras mentes inquietas pero con la certidumbre de que la incertidumbre va a ser la constante protagonista.
Mediante el uso de un lenguaje con múltiples registros, desde el más formal al más "callejero" y según qué personaje, creó un clima óptimo del que ya soy asidua. Resultado: un escenario fresco y en constante evolución reflejado a través de los personajes y sin abandonar el tono sarcástico.
Ahora bien, dejando aparte el aspecto más profesional y técnico, como persona también me ha demostrado ser un tipo jovial, íntegro y generoso al que no le importa echar una mano a quienes realmente lo necesiten. Doy fe.
Como dijo Max Estrella en otra obra homónima, me quito el cráneo...
Conclusiones finales
Y pensando más a largo plazo, ¿dónde y cómo estaremos en 2047? Por mi parte la respuesta es clara: si me preguntaran qué llevaría conmigo ante un cataclismo como el descrito por Mariano, esta novela se convertiría en mi mapa y brújula.
De hecho, vamos por más de la mitad del 2021 y el estado de salud (medioambiental, social y geopolítico) del Planeta que habitamos no es que sea tan boyante como cabría esperar y El día que dejamos de creer en los Ángeles da pistas sobre cómo podríamos reencauzarnos para dejar de estar abocados a la Nada, destino que aún podemos eludir si ponemos un poco más de conciencia de nuestra parte.
Representa, en líneas generales, una llamada de atención a sabiendas de que estamos en tiempo de descuento.
Por tanto lector, discrepes o no del despertar, en efecto este Título lo tienes recomendado.
Feliz viaje.
31 mayo 2021
31 marzo 2021
17 marzo 2021
10 marzo 2021
05 marzo 2021
Los Amantres
28 febrero 2021
27 febrero 2021
25 febrero 2021
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¡Oh! Dulces pueblos blancos, donde al alba, la aurora canta, esperando mejores días en que una mano nevada de sus copos haga...
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Si tuviera una etiqueta, yo sabría ya quién es entre bolillos de un encaje en mi mantilla bella e infiel. Si tuviera una...