26 abril 2016

El Gondolero de media noche





Estaba uno, a media noche
en turgente y convulso mar
de tibias sábanas blancas
tratando, pues, de no ahogarse.

A aquel llegó con derroche, 
con un esfuerzo ampuloso
yaciendo ahíto y presa
de un ensalmo entre clamores.

Tímido e invisible brazo
el que envía sus caricias
-díscolas, pero sumisas-
a su bravo y lácteo torso.